En un intento por proyectar fortaleza y cohesión tras las recientes tensiones internas, Vox ha clausurado la Cumbre de Patriots en Madrid con un evento que reunió a sus principales dirigentes territoriales y a sus «socios» europeos. La reunión, catalogada como un encuentro de unidad, se produce después de una semana marcada por disputas internas dentro del partido, lo que había generado incertidumbre acerca de su estabilidad y cohesión. El evento sirvió como una plataforma para marcar el inicio de una nueva etapa en la que la formación busca reforzar su imagen ante la opinión pública y sus bases. La presencia de aliados europeos subrayó el esfuerzo de Vox por situarse en un marco internacional de movimientos políticos afines.
La cumbre, que combinó discursos y encuentros a puerta cerrada, fue una oportunidad para que la dirigencia reafirmara sus compromisos programáticos y trazara estrategias comunes de cara a futuros desafíos electorales. Vox apostó por un discurso centrado en la unidad y la defensa de sus valores tradicionales, intentando disipar las dudas generadas por las recientes disputas internas. Los asistentes, tanto nacionales como internacionales, manifestaron su apoyo al proyecto del partido, tratando de fortalecer la imagen de un bloque sólido y cohesionado. A pesar de los recientes contratiempos, la cumbre buscó consolidar la narrativa de un partido que mira hacia adelante, con ambiciones renovadas y un enfoque claro en sus objetivos políticos.
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