La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, afirmó en el Senado que el sistema eléctrico peninsular cumplía con las recomendaciones de inercia del ente europeo Entso-E antes del apagón del 28 de abril. Este fenómeno, que causa estabilidad en la red, estaba operando, según Red Eléctrica de España, con un margen de 2,3 segundos, superior al mínimo requerido de dos segundos. Sin embargo, ese día se registraron oscilaciones energéticas en España y Europa cuya causa aún se desconoce. La primera oscilación fue calificada de «anómala» por Aagesen, mientras que la segunda, más próxima al apagón, se consideró «habitual».
El apagón, uno de los más significativos de Europa, comenzó con una sobretensión que afectó a las provincias de Granada, Badajoz y Sevilla, resultando en pérdidas de generación de 2,2 gigavatios. Deslastradas y caídas de generación adicionales llevaron al aislamiento del sistema eléctrico peninsular. Las indagaciones han descartado un ciberataque, centrándose ahora en los centros de control eléctricos y las centrales de generación, revisando 110 gigas de información de ciberseguridad y 756 millones de datos operativos. La patronal eléctrica Aelec sugiere que los incidentes previos podrían estar relacionados, intensificando el escrutinio.
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