La factura de la luz de los hogares en situación de vulnerabilidad experimenta un nuevo incremento en julio, consecuencia de la retirada gradual de los descuentos otorgados por el Gobierno durante la crisis energética de 2022. Estos descuentos, que habían llegado a ser del 65% para consumidores vulnerables y hasta el 80% para los vulnerables severos, comenzaron a recortarse a finales de 2024. A partir de este mes, los hogares acogidos al bono social eléctrico verán reducidos sus beneficios, pasando del 50% al 42,5% para los consumidores vulnerables y del 65% al 57,5% para los severos. Esta disminución se traduce en un aumento aproximado de 5 euros al mes en la factura de un hogar medio.
A pesar de las reducciones, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se mantiene una perspectiva positiva, subrayando que el bono social sigue siendo la tarifa más ventajosa disponible. Sin embargo, se hace un llamado a aumentar la visibilidad de esta ayuda, ya que muchos hogares que tienen derecho a acceder a ella no lo hacen debido a la falta de información. En términos de impacto geográfico, aunque Madrid y Barcelona albergan a más beneficiarios, el efecto del aumento será más notable en localidades con menor población, como Badajoz y Cáceres.
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