La diputada que había sido expulsada recientemente en medio de controversia por supuestamente conocer y no denunciar ciertos comportamientos del político Íñigo Errejón, ha presentado documentación médica que justifica su ausencia en tres sesiones consecutivas de la Asamblea, evitando así ser sancionada. Su defensa argumentó que su inasistencia se debía a problemas de salud que le impedían cumplir con sus funciones legislativas, logrando así convencer a los organismos pertinentes de no imponerle medidas disciplinarias. Esta decisión se produce en un contexto de creciente escrutinio sobre la transparencia y conducta de los miembros del cuerpo legislativo, lo que ha llevado a un intenso debate público.
La situación ha generado posturas divididas entre los miembros de la Asamblea, algunos de los cuales consideran que la salud de la diputada es una razón válida para su ausencia, mientras que otros cuestionan la transparencia del proceso y sugieren que podría estar evadiendo sus responsabilidades en un momento crítico. Este caso subraya las tensiones internas y externas que persisten dentro del partido y el desafío que enfrentan los políticos para mantener la confianza del público. Mientras tanto, la diputada ha reafirmado su compromiso de retomar sus funciones tan pronto como su salud lo permita, intentando así recuperar su imagen y la confianza de sus colegas.
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