España ha experimentado un junio excepcionalmente caluroso, con temperaturas que han roto récords en varias regiones durante una intensa ola de calor. Las condiciones extremas no solo han afectado al territorio continental, sino que también han provocado un calentamiento sin precedentes del mar Mediterráneo. Este incremento térmico en la región mediterránea es particularmente preocupante para los especialistas, ya que las temperaturas actuales superan ampliamente los registros históricos para esta época del año. Según los meteorólogos, la tendencia alcista sugiere que el verano de 2023 podría superar al de 2022 como el más caluroso desde que existen mediciones en España.
La comunidad científica sigue de cerca estos fenómenos, advirtiendo sobre las posibles consecuencias que podrían agudizarse en los próximos meses. Las proyecciones climáticas señalan que no solo el verano, sino también el inicio del otoño, podría seguir esta misma trayectoria de calor extremo. Las implicaciones abarcan no solo el ámbito ambiental y climático, sino también efectos económicos y sociales, como el aumento del consumo energético y los riesgos para la salud pública. Los meteorólogos instan a mantenerse alerta y a tomar medidas preventivas para mitigar los efectos adversos de lo que podría ser un periodo crítico de calor extremo.
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