La presión internacional sobre Israel se intensifica por la creciente crisis humanitaria en Gaza, donde las condiciones de vida se deterioran a un ritmo alarmante. Sin embargo, un alto funcionario del Ejército israelí ha descartado la existencia de hambruna, argumentando que es esencial estabilizar la situación humanitaria. Este funcionario atribuyó parte del problema a la falta de coordinación entre las Naciones Unidas y las organizaciones no gubernamentales, que, según él, han creado un «cuello de botella» en la entrega de ayuda, con cientos de camiones listos para ser distribuidos.
El teniente Nadav Shoshani, del Coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT), hizo énfasis en que hay 950 camiones de ayuda humanitaria esperando ser recogidos por las organizaciones internacionales. Aseguró que la ayuda ha ingresado a Gaza gracias a la facilitación israelí, mientras se muestra un notable acopio de paquetes en los puntos de control. Esta comunicado refleja una tensión entre Israel y las organizaciones internacionales, donde ambas partes se acusen mutuamente de impedir la distribución eficaz de la asistencia humanitaria en medio de la crisis.
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