Diego Pablo Simeone vivió una noche complicada en Anfield durante el inicio de la fase de grupos de la Champions League, donde su Atlético de Madrid sufrió una dolorosa derrota por 2-1 ante el Liverpool. El encuentro culminó con un gol en el último minuto que dejó al equipo colchonero sin puntos. La situación escaló hasta que Simeone, visiblemente alterado, tuvo un enfrentamiento con el público inglés, que, según dijo, lo había insultado durante los 90 minutos de juego. Su reacción lo llevó a ser expulsado, una decisión que el técnico argentino admitió no justificarse, aunque defendió su derecho a expresar su frustración.
En una posterior rueda de prensa, Simeone analizó el partido con más calma, destacando que la falta de fortuna en el primer gol del Liverpool alteró su planteamiento inicial. A pesar del resultado adverso, se mostró orgulloso del esfuerzo de sus jugadores, especialmente de Marcos Llorente, quien aportó mucho al juego del equipo. El entrenador hizo hincapié en la necesidad de que se tomen medidas contra aquellos aficionados que cruzaron la línea con sus insultos y actitudes, asegurando que «deben tener sus consecuencias». La intensidad y competitividad del encuentro dejó una sensación agridulce, pero también la determinación de seguir luchando.
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