En el último año y medio, más de 1,5 millones de jóvenes han estado oficialmente registrados en la Seguridad Social de España debido a la realización de prácticas no remuneradas. Este fenómeno pone de relieve una creciente tendencia en el mercado laboral donde las experiencias formativas van cobrando protagonismo, aunque sin proporcionar una retribución económica directa a los participantes. Estos programas de prácticas suelen ser impulsados por empresas en colaboración con instituciones educativas, buscando ofrecer experiencia laboral a los estudiantes mientras completan su formación académica.
Sin embargo, este esquema también ha generado cierta controversia, ya que muchos critican la falta de compensación económica, sugiriendo que estas prácticas a menudo se convierten en trabajos encubiertos sin los derechos y beneficios que normalmente acompañan a un empleo formal. Las organizaciones laborales y algunos sectores políticos están presionando para que se reevalúen estas prácticas, abogando por un sistema más equitativo que garantice tanto la formación de los jóvenes como su justa remuneración. El debate se intensifica a medida que crece la preocupación por el futuro laboral de los recién graduados y su capacidad de inserción en un mercado que sigue siendo competitivo y desafiante.
Leer noticia completa en El Mundo.