La obesidad ha alcanzado dimensiones alarmantes a nivel mundial y las previsiones no son alentadoras. Se estima que para 2025, alrededor de 1.900 millones de personas en todo el mundo vivirán con esta condición, que no es solo un problema de salud en sí mismo, sino la puerta de entrada a enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares, hipertensión y ciertos tipos de cáncer. Es por ello que cada 4 de marzo, durante el Día Mundial de la Obesidad, se busca concienciar sobre la importancia de abordar de manera integral este desafío de salud pública.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad se ha clasificado como una epidemia global que afecta ya a más de 650 millones de adultos y 340 millones de niños y adolescentes. En España, los datos son igualmente preocupantes: el 60% de los adultos presenta sobrepeso y un 23% sufre de obesidad, cifras proporcionadas por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).
El abordaje de la obesidad requiere un enfoque integral y multifactorial. No se trata solo de tratar el exceso de peso, sino de mejorar la salud general y la calidad de vida de las personas, eliminando el estigma social asociado. Propuestas como las de PronoKal, que ofrecen programas holísticos para el tratamiento del sobrepeso y la obesidad, insisten en que el enfoque debe ser completo, abarcando desde la atención médica personalizada hasta la educación nutricional y el apoyo socioemocional.
La actualización de la Guía española del manejo integral y multidisciplinar de la obesidad en personas adultas (Guía Giro), desarrollada por la SEEDO junto con otras 35 sociedades médico-científicas, es un paso en la dirección correcta. Este documento promueve un tratamiento que empieza desde la base, apostando por modificar el estilo de vida a través de una alimentación balanceada, ejercicio regular y el uso de herramientas motivacionales, siempre bajo la guía de profesionales de salud como médicos, nutricionistas y psicólogos.
A pesar de los esfuerzos, persisten desafíos significativos, tal como lo reveló la encuesta «Propósitos 2025» de PronoKal, donde la falta de tiempo, el estrés, los entornos poco saludables y la falta de motivación aparecen como las principales barreras para perder peso en España. Esto subraya la importancia de un entorno que facilite la adopción de hábitos saludables, responsabilizando a las políticas públicas de crear condiciones más propicias para el cambio.
En este contexto, el papel de los gobiernos es crucial. Regular la promoción de alimentos ultraprocesados y azucarados, habilitar espacios públicos para el ejercicio y desarrollar programas educativos sobre una nutrición adecuada son formas en que las autoridades pueden contribuir a un abordaje más efectivo de la obesidad.
A nivel europeo, la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad (EASO) hace un llamado a un cambio sistémico con su lema «Changing Systems, Healthier Lives», promoviendo acciones coordinadas entre diferentes sectores como la salud, la política, la investigación y la educación para mejorar la prevención y el tratamiento de la obesidad de manera integral.
Frente a este desafío, el Día Mundial de la Obesidad se erige como una invitación a la reflexión y a la acción conjunta para reversar una tendencia que afecta no solo la salud, sino la calidad de vida de millones de personas alrededor del mundo.