El aumento de las temperaturas en España ha llevado a muchas personas a utilizar el aire acondicionado durante la noche, lo que puede tener repercusiones en su salud. Dormir en un ambiente frío, especialmente a temperaturas muy bajas, puede causar sequedad en el aire y aumentar el riesgo de resfriados y problemas respiratorios. Para evitar estos efectos negativos y garantizar un descanso reparador, expertos recomiendan mantener el aire acondicionado en un rango de 22 a 25 grados y asegurarse de que los filtros se encuentren limpios y libres de polvo.
Además de regular la temperatura y mantener los filtros limpios, es crucial prestar atención a la dirección del flujo de aire, evitando que incida directamente sobre el cuerpo. Optar por el modo de ventilación puede ofrecer un ambiente más natural y menos agresivo. Por último, usar un humidificador y beber agua antes de dormir también son estrategias útiles para contrarrestar la sequedad del aire, mejorando así la calidad del sueño y la salud respiratoria.
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