Esta semana, Taipéi se convirtió en el epicentro de la industria mundial de semiconductores con la celebración de la Semicon Network Summit. Organizado por el Instituto de Investigación Tecnológica Industrial (ITRI) y SEMI, el evento reunió a más de 600 participantes de 28 países, incluyendo Estados Unidos, Japón, y varios países europeos. Sin embargo, China, a pesar de su importancia en la fabricación global de chips, brilló por su ausencia, en un claro movimiento geopolítico.
El presidente de Taiwán, Lai Ching-te, inauguró la cumbre destacando la necesidad de construir un ecosistema de semiconductores más resiliente. Anunció que Taiwán lanzará los «Diez Grandes Proyectos de Infraestructura en IA», abarcando áreas como la computación cuántica y la robótica, consolidando su papel como un centro de innovación tecnológica.
La cumbre abordó temas cruciales como el fortalecimiento de asociaciones transfronterizas en la cadena de suministro, la colaboración en el desarrollo de chips para inteligencia artificial y enfrentar la escasez de talento especializado. En un gesto simbólico, Lai otorgó la Medalla de Contribución Económica a Akira Amari y C.C. Wei, destacando la cooperación entre Japón y Taiwán.
La exclusión de China fue ampliamente interpretada como una estrategia para crear cadenas de suministro seguras y reducir la dependencia de Pekín. Esta decisión se enmarca en un contexto de restricciones comerciales y creciente competencia en nodos avanzados.
Los chips de inteligencia artificial fueron un tema central. Con la demanda en aumento, fabricantes como TSMC, Intel y Samsung enfrentan el reto de escalar sus capacidades y sortear la escasez de talento especializado.
Edwin Liu, presidente del ITRI, señaló el desequilibrio entre la oferta y demanda de ingenieros, destacando la necesidad de formar perfiles «en T» con especialización y conocimientos transversales. Este enfoque busca fomentar la colaboración entre universidades e industria.
La summit destacó la necesidad de cooperación global para garantizar la resiliencia de la cadena de semiconductores, a la vez que dejó en evidencia la fragmentación del mercado, donde la tecnología y la geopolítica están cada vez más entrelazadas. Taiwán se afianza como líder tecnológico y mediador estratégico en la construcción de alianzas internacionales, fundamentales en un mundo digitalizado y vulnerable.
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