Este 2025 podría ser un año trascendental para los fondos cotizados (ETF) en Europa, gracias a una notable acumulación de activos bajo gestión que ha registrado flujos de capital sin precedentes. El sector experimenta un auge significativo, reflejando un creciente interés tanto de inversores institucionales como particulares.
Hasta agosto de este año, los ETF europeos alcanzaron un total de 2,870 billones de dólares en activos gestionados, superando con creces el récord previo de 2,760 billones de dólares establecido en julio. Este incremento representa un espectacular crecimiento del 26% desde enero, destacando la rápida captación de capital en estos instrumentos financieros. En los primeros seis meses del año, las entradas netas ascendieron a más de 176,000 millones de dólares, con los sectores de renta variable liderando el interés inversor y manteniendo más de 30 meses consecutivos de flujos netos positivos hacia los ETF europeos.
Existen diversas razones detrás de esta ‘avalancha’ de inversiones. Entre ellas, el creciente interés de los inversores estadounidenses en diversificar sus portafolios. Durante el primer trimestre, los flujos desde Estados Unidos hacia los ETF europeos alcanzaron los 10,600 millones de dólares, marcando un aumento significativo respecto al año anterior. Además, un cambio de enfoque en Europa, centrado en sectores como la defensa, infraestructuras y energías renovables, junto con políticas fiscales de países como Alemania, está atrayendo la atención hacia fondos de enfoque europeo.
Sin embargo, a pesar del atractivo de los ETF por su acceso a mercados diversificados a bajo costo, los expertos advierten sobre los riesgos asociados. Cambios regulatorios, fluctuaciones cambiarias y diferencias en las réplicas de los activos son factores a considerar. Así, aunque este momento representa una oportunidad para quienes buscan una visión global en sus inversiones, es crucial realizar un análisis detallado y considerar los posibles riesgos.