En 2013, a Carmen le diagnosticaron cáncer de mama con metástasis en el hígado, un momento que marcaría el inicio de una larga y compleja batalla contra la enfermedad. A lo largo de estos años, ha encontrado en el Hospital de La Princesa no solo un lugar de tratamiento, sino también una comunidad de apoyo incondicional que ha jugado un papel fundamental en su vida. El personal médico y de enfermería se ha convertido en una segunda familia para Carmen, proporcionándole no solo cuidados clínicos excepcionales, sino también un soporte emocional vital en su proceso de recuperación.
La historia de Carmen es un testimonio del impacto humano que pueden tener los profesionales de la salud en la vida de sus pacientes. Enfrentándose diariamente a los desafíos que implica su diagnóstico, Carmen ha hallado fortaleza en las relaciones forjadas con los médicos y enfermeras del hospital. Esta conexión ha sido crucial, permitiéndole mantener una actitud positiva y luchadora frente a la adversidad. El caso de Carmen resalta la importancia de una atención sanitaria integral que va más allá del simple tratamiento médico, abarcando también el aspecto emocional y humano de la experiencia del paciente.
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